El desencanto

Iniciar cualquier proyecto, trabajo, emprendimiento es una de las partes más emocionantes de todo el proceso, las expectativas que se tienen, tener que enfrentarse a algo nuevo, y la misma incertidumbre frente al cambio hacen que la motivación sea muy alta y pongamos todas nuestras energía y atención para sacar adelante ese nuevo proyecto de la mejor manera. Normalmente ese nivel de emoción se comporta como una curva, que al principio crece rápidamente, después sigue creciendo ese sentimiento pero ya en una forma más moderada, hasta que se llega a un momento de éxtasis máximo y desafortunadamente luego empieza a decrecer.

Para los proyectos cortos, o quizás para cierto tipo de relaciones, esto no tiene ningún inconveniente porque puede que antes que comience esta curva descendente, el objetivo ya se haya cumplido o esté por cumplirse. El inconveniente es cuando son situaciones a mediano o largo plazo, como un trabajo o un emprendimiento y la motivación se empiece a perder. Esto sucede por múltiples razones, tanto internas como externas. En el caso de trabajar en una empresa, estar en un ambiente tóxico, no contar con oportunidades de crecimiento, tener un mal jefe, todos estos factores influyen a que se erosione la actitud positiva con que enfrenta el día a día. Igual sucede con un emprendimiento, que al momento de ver que no se están cumpliendo con las previsiones de crecimiento o tal vez ante los constantes obstáculos qué hay que sobrellevar, la motivación empieza a decaer.

En el caso laboral, lo más común cuando sucede esto es que las personas empiecen a mirar a otras partes, a buscar nuevas oportunidades que les devuelva esa motivación perdida en su trabajo actual. Esta es una de las causas del por qué las altas rotaciones dentro de las empresas, muchos estudios muestran que un reducido porcentaje de personas están contentas en sus puestos y están buscando cambiar de rumbos en un horizonte de tiempo no muy lejano. Atrás quedaron otras épocas donde la ambición más grandes de los trabajadores era conservar su trabajo y jubilarse en él, así no se estuviera contento en el mismo. Pero para el contexto colombiano es más complicado, con una tasa de desempleo tan alta, encontrar una mejor oportunidad laboral se hace más difícil y el cambio puede ser más demorado porque se compite con los que están sin empleo además con los que están aburridos en sus puestos.

Para un emprendedor la situación es aún más compleja porque no es tan fácil pasar de un proyecto a otro, sobre todo luego de haber invertido valiosos recursos. Para este grupo el nivel de tolerancia a la frustración debe ser más alto, es parte de ser empresario. Al hablar de tolerancia, no se quiere decir que se tenga que aguantar de todo, para el caso de un trabajador, a veces se llega a un punto donde la misma situación se vuelve insostenible, no se encuentran oportunidades de desarrollo y la mejor decisión puede ser buscar otros retos. El mensaje es más hacia no dejarse caer ni perder el encanto por un trabajo o un emprendimiento al primer momento en que las cosas no empiecen a ser como esperamos. Hay muchos factores externos que no podemos controlar y a veces afectan nuestra situación emocional y profesional, pero lo que si se puede controlar es la actitud y la forma en que encaremos los desafíos y el día a día. Ya se ha mencionado que la motivación va por dentro, no hay que esperar que algo externo dicte cómo nos debemos sentir. Hay que buscar las formas. En las empresas, así no ofrezcan oportunidades de crecimiento, puede que hayan oportunidades de involucrarse en proyectos o iniciativas que no tienen que ver con el core del trabajo en sí, pero que si aportan a la organización, además de darle otro dinamismo al trabajo para dejar la monotonía. Adicionalmente se gana en visibilidad. Otra opción es buscar estar en proyectos fuera de la empresa donde se trabaja, si se es organizado, se puede disponer de tiempo fuera del ámbito laboral que se puede dedicar adelante otras cosas, así sea un voluntariado, eso también da un aire diferente a la dimensión profesional. Para un emprendedor, es importante establecer una visión clara de futuro a donde se quiere llegar, pero también definir metas y objetivos a corto plazo, que sean alcanzables, y que permitan ver que se está avanzando hacia ese logro mayor. Tener pequeños triunfos por los cuales se pueda celebrar y ayuden a mantener esa motivación en alto.

Tanto en el trabajo como en los emprendimientos, en algún momento se va a llegar a ese desencanto donde se empiece a ver ese sentimiento de desinterés por el mismo, lo importante no dejarnos consumir por él, buscar fuentes de motivación para mantener la actitud de la mejor manera y seguir para adelante, todos son momentos, nada dura para siempre.

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